Se cierran las puertas de las aulas físicas y abren las puertas a las aulas virtuales
El día 17 de marzo de 2020 se abrieron las puertas a las aulas virtuales. Ese día quedará grabado en la memoria de alumnos, maestros e instituciones, como el Ground Zero de la educación presencial tradicional. Fue el cierre de las instituciones educativas por la pandemia del COVID-19. En otras palabras, la finalización de ofrecer servicios educativos in situ, para migrar hacia una educación con ancho de banda y a través de una pantalla. Pasamos de ofrecer educación en espacios físicos definidos, a hacerlo por la vía remota a cualquier parte. Si bien es cierto, la educación en línea no es nueva, el hecho de supeditar todos los esfuerzos a través de este medio se volvió un reto que no todos los actores de la educación han podido sortear adecuadamente.
Modelo virtual en tiempo real
En nuestro caso, la Universidad del Norte generó un concepto con sello propio bautizado en abril del 2020 como “Modelo Virtual en Tiempo Real”, el cual se acerca mucho a lo que también pudiéramos llamar educación presencial remota.
A través de esta modalidad se buscó no adelgazar o sacrificar el tiempo que el docente le dedica a su sesión diaria. Para ello, se ofrecieron los mismos horarios de clases a través de videoconferencias con explicaciones completas, prácticas de valor, ejercicios aterrizados, aclaración de dudas, en fin, lo que conlleva al aprendizaje significativo. Además, con un compromiso de acompañamiento educativo total de parte del docente.
Lo que también produjo este nuevo modelo de aulas virtuales fue una sobrecarga de actividades en cuanto a la preparación de clases. Es decir, la planeación de las actividades docentes sufrió modificaciones y propuso una idea distinta de dispensar el conocimiento, “lo que abrió nuestras mentes”. No es lo mismo escribir los puntos a considerar en el quehacer educativo , a plasmarlo de forma innovadora dentro de un ordenador. Además, hacerlo de tal forma que cumpla con las siguientes condiciones: que sea amigable, que sea claro, que sea dinámico y al mismo tiempo que se convierta en una experiencia grata que logre la atención del alumno y al mismo tiempo que genere aprendizaje.
Nuevos retos, nuevas herramientas
La Universidad del Norte previo a la contingencia veía como una posibilidad futura el uso de estos ambientes y herramientas por lo que en diciembre de 2019 se programó un Diplomado “Google for Education” ahora Workspace for Education” para coordinadores y personal a cargo de generar influencia en el resto de los catedráticos, lo que nos llevó a obtener la Certificación nivel 1 de Google del personal involucrado en este curso. Esto nos ayudó a crear nuevas capacitaciones sobre herramientas específicas, su uso y aplicación en las labores educativas al resto de nuestros docentes.
Se desarrollaron así procesos de capacitación docente en el uso de las TIC para iniciar la construcción del nuevo perfil docente. De esta forma, no solamente tuviera experiencia y conocimiento en un área específica, sino que además pudiera moverse libremente y con pericia en los ambientes virtuales de aprendizajes.
Aprendimos a ser flexibles, nos dimos cuenta que antes, sólo conocíamos al alumno que se sentaba en un pupitre y era evaluado por su desempeño dentro de las 4 paredes de un aula.
Entendimos, a través de estar conectados más tiempo, que no conocíamos a conciencia a los jóvenes. Comenzamos a comunicarnos con ellos en los ambientes en donde ellos transitan normalmente. Así mismo empezamos a entender su forma de interactuar y nos acercamos más a ellos.
Este aprendizaje y dinámica nos ha extendido el tiempo laboral. La virtualidad es una realidad, pero también nos ha permitido comprendernos.
Aulas virtuales: el presente y el futuro
Actualmente vemos en las aulas virtuales un futuro que se reinventa a cada paso. La única constante es la dinámica de cambio y la innovación. Seguimos aprendiendo y del mismo modo seguimos aplicando esto a nuestras aulas y alumnos. Sabemos que este es el comienzo de una educación que se modela todo el tiempo. Además, tampoco descansa y que llegó para construir un futuro donde colinde la cercanía a través de la tecnología. Sin dejar a un lado el compromiso de un nuevo proceso de enseñanza-aprendizaje en este nuevo orden mundial en materia educativa.
¿En algún momento regresaremos totalmente a las aulas físicas? No lo sabemos. Sin embargo, de lo que sí estamos seguros es de que estaremos preparados para brindar una educación que ofrezca lo mejor de los dos ambientes, el virtual y el presencial.
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